José Manuel Goicoechea, Goico, jugador del 2ª Autonómica del CHP Aluche y uno de los primeros jugadores del club en 1975.

¿Cómo empezaste con el hockey?

Empecé en 1975 por casualidad, porque mis padres se cambiaron de barrio cuando tenía 12 años. Mis padres iban paseando, vieron a gente patinar jugando al hockey y me apuntaron. Empecé tarde, con 12 años. Probablemente, gracias a eso, me pusieron de portero porque yo no había patinado en mi vida. Y hasta hoy. Así que empecé por casualidad, porque nos cambiamos de barrio.

¿Cómo fue esa primera etapa en el Aluche y los primeros años de tu carrera?

El primer año éramos pocos, pero la gente que había era bastante buena. Los chavales con los que jugué eran bastante buenos. fue mi primer año de portero. Llegamos a ganar la liga. Éramos infantiles, fuimos al Campeonato de España y quedamos cuartos. Eso fue en 1975. Al año siguiente pasamos a juveniles, pero en Aluche no había equipo. Éramos seis jugadores y entre que uno lo dejó, otro no quiso irse… Tres jugadores nos fuimos a jugar a un equipo que se llamaba Fiesta, en el barrio de la Concepción.

Allí conseguimos ganar la liga Juvenil y quedar subcampeones de España. También hay que decir que nos juntamos la gente que veníamos de Aluche y gente que en Madrid y en el hockey ha destacado mucho: Máximo Leno, Lasarte, Villa, Ramos, Pedro Bella… Que luego ha sido gente que me he reencontrado con ellos años después.

Después del Fiesta, como me pillaba cerca, me fui a jugar a Coslada. Ahí ya mi padre dijo que, como entrenábamos de 10 a 12 de la noche, los martes y jueves era muy complicado. Entonces me volví otra vez al Aluche y aquí jugué tres o cuatro años. Esa fase también fue muy bonita porque fue la primera vez que el Aluche jugó en 1ª Nacional (actual OK Plata). Durante dos años, conseguimos mantenernos el primer año y luego descendimos.

Después me llamaron de Ruan Alcobendas. Ahí fue el salto definitivo a jugar en la máxima categoría, que en aquella época era División de Honor, actualmente es OK Liga. Eso no tenía nada que ver. Hacíamos pretemporada, nos íbamos a Portugal, nos daban material, si se rompía un palo te daban otro… Era un nivel económico total.

Ahí estuve jugando dos años y me tuve que ir a la “mili”, porque en esa época se hacía la “mili”. Estuve un año en la “mili” y en el siguiente tampoco jugué, hasta que entré a trabajar en Banesto, donde había equipo de hockey, cuyo entrenador era Fidel Cortijo. Allí estuve jugando tres o cuatro años hasta que desapareció porque el banco dejó de dar dinero.

Después de Banesto me fui otra vez a Alcobendas. Estuve jugando en Liga Sur (Bronce) y ahí conocí a mucha gente que sigue por aquí: Charly Sánchez, el de Las Rozas. Ahí empecé a ser entrenador-jugador porque era segundo portero. Fui entrenador del Liga Sur durante un par de años.

Después nos fuimos a Tres Cantos, donde ejercía de jugador y entrenador durante dos o tres años. Y con 35 o 36 años, antes de retirarme, fuimos a jugar una fase de ascenso de Liga Sur para subir a la actual OK Plata en Tenerife. quedamos cuartos y subió, creo, el Alcobendas.

¿Cómo volviste a jugar al hockey?

Lo tuve que dejar por la familia, hasta que, hará diez años, en mi trabajo me encontré en una sala de reuniones con un antiguo compañero de Ruan que me dijo: “¿por qué no te apuntas? Hemos creado un equipo de veteranos en Las Rozas” Le dije que no me apetecía, que en una mudanza me perdieron un patín… Pero el tío, a base de insistirme, me convenció. Me vine aquí a casa de mis padres, a San Ignacio, que tenía unos juegos de patines Skater.

Al principio me puse de portero, porque de cuclillas, que era como parábamos antiguamente, y con las porterías de madera, las rodillas no aguantaban. Entonces me puse de Jugador, pero a la tercera semana me di un tortazo patinando y ya ahí me dijeron: “¿por qué no te pones de portero? Se te va a dar mejor” Y me puse, porque ahora se para con una rodilla en tierra o en el suelo y mis rodillas lo permiten.

Me incorporé hará como diez años, y lo último es que me habéis liado para jugar en 2ª. Mi intención era bajar a jugar una pachanga los miércoles, pero me habéis liado. me he hecho ficha y estoy jugando con vosotros en Autonómica y hasta que el cuerpo aguante.

¿Cómo fue entrenar al equipo de OK Plata Femenino de las Rozas?

Compaginando jugar con los veteranos, que me lo paso también muy bien, porque una vez al año jugamos la Taza Latina. Hace tres años me propusieron para llevar al OK Plata Femenino, junto con Luis Carlos. Él llevaba el equipo de OK Liga femenino, el primer equipo, y yo llevaba el segundo equipo. Ahí quedamos terceros. Fue mi primera experiencia dirigiendo un equipo femenino y cambia mucho de chicos a chicas. Son distintos totalmente. No solo en aspecto físico sino en psicológico. A lo mejor las chicas tienen menos fuerza, pero son más técnicas. Incluso a lo mejor el hockey es, a veces, mucho más bonito, porque es un hockey más técnico y mucho menos físico. En chicos, muchas veces, es muy físico y termina aburriéndote. A veces partidos de estos de OK Liga es tan físico que no ves nada técnico… Es todo fuerza, todo velocidad.

Fue una experiencia bastante agradable y fue mi última experiencia como entrenador.

¿Cómo has terminado jugando en 2ª Autonómica tras tanto tiempo?

Algún año había bajado, pero este año, los miércoles, que es el día que entrenáis, los tengo libres porque los jueves entreno con Las Rozas. Es una pachanga, me pilla al lado de casa, me gusta y demás pues bajé un poco… Solo está Enrique de portero, mi intención era solo bajar los miércoles, entrenar un día más, ayudar en lo que pueda y ser dos porteros porque entrenar con dos porteros no es lo mismo que con un portero y un tablón, aunque yo hago muchas veces de tablón.

Esa era verdaderamente mi intención, pero Pablo Penín me dijo que Enrique se había lesionado, que no tenían portero para jugar y me liaron. Me lie. Me dejé liar para hacerme ficha y jugar. Por cierto, con un relativo éxito en los resultados. Me gusta mucho y me lo paso muy bien. Porque sois un grupo de gente, de chavales, que os gusta el hockey. Me he sentido muy bien y muy integrado rápidamente. Es de agradecer para un tío viejo como yo llegue allí, sin que nadie le conozca, más allá de lo poco que hayáis oído un poco de mí. Si leéis en la web y tal, el Goico tal… Eso también es para mí muy agradable bajar porque sois un grupo de gente muy majo.

¿Alguna anécdota que nos puedas contar?

Tengo muchas. He viajado mucho. Aquí en Aluche jugando en Primera Nacional cada viaje era una odisea. Nos llevaban los padres en sus coches. Pasaba absolutamente de todo. Yo llegaba a casa y decía: “Papá, tengo un viaje” y me soltaba 10.000 pesetas, que para esa época era mucho dinero. Hemos tenido alguna vez hasta algún accidente de coche que nos hemos librado, nos ha caído nieve en Pajares, casi nos salimos de la carretera… Pero fue la primera vez que Aluche jugaba en Primera División y nosotros entrábamos en una competición que te exigía un nivel alto. Viajar un fin de semana sí y otro no, esa experiencia fue muy bonita.

Luego ya, posteriormente, si me dices anécdotas, para mí fue muy bonito estrenarme en División de Honor en el Palau Blaugrana. Otra cosa es que el resultado no acompañara. No lo voy a comentar. Voy a decir que empezamos ganando 1-0, pero ese no fue el resultado final.

También tengo muy buen recuerdo de jugar en Riazor contra el Liceo. En él estaban Martinazo, Carlos Figueroa, en la portería Welbes. Son gente antigua, pero muy buenos. Y hacer mucha amistad, por ejemplo, con Ángel Figueroa. Luego estar ahí metido siempre con la gente de Madrid que mejor me llevo. Por ejemplo, tenía un entrenador que se llamaba Gerardo y era una persona excelente. Me trató muy bien, pese a ser el portero suplente.

¿Qué significa el hockey y el Club para ti?

Lo que es el hockey en sí, para mí, significa una manera de vivir casi, porque yo estaba deseando que vinieran los lunes, miércoles y viernes.  Además, antes la pista no estaba cubierta. Pero nos daba igual. Teníamos la pasión de bajar a entrenar, aunque lloviera, nevara, se te mojaran las guardas, los palos, etc. Yo me disfrazo de portero, me pongo mis cosas, salgo a la pista y me evado. Me olvido de los problemas del trabajo, de los problemas de la familia. Y además hago deporte.

Aluche ha significado mucho y significa mucho. Es el club de mi vida. Es donde empecé, donde tengo muy buenos recuerdos y amigos de aquella época. Descubrí un deporte que no se conocía mucho, porque hockey sobre patines aquí, en Madrid, es limitado. En Cataluña cada pueblo tiene su equipo de hockey, con pista de parquet, marcador… Sobre el club tengo muy buen recuerdo. Una buena experiencia. Me habéis acogido muy bien. Espero que el día que cuelgue los patines los cuelgue estando todavía en Aluche. Si puedo colaborar de alguna manera lo haré. Evidentemente lo que más me gusta es jugar, pero si hay que colaborar de otra manera estoy a disposición del club.


0 comentarios

Deja una respuesta

Marcador de posición del avatar

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *